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Mostrando entradas de 2014

Leer

Hace unos días escuché en la radio que iban a celebrarse en Madrid unos conciertos en los que se mezclarían lecturas de varias obras de Thomas Mann con música que a él le gustaba especialmente, ya que por lo visto era un gran melómano. Como llevo desde el verano leyendo La Montaña Mágica, me interesó la noticia y presté atención. El primero de ellos consistía en una lectura dramatizada (la iba a interpretar José Luis Gómez, que me encanta) de la declaración de amor que hace Hans Castorp a Madame Chauchat, justamente en esta novela. Precisamente acababa de terminar ese pasaje, que en mi edición afortunadamente viene tal cual en el original, o sea en francés, por lo que tuve que leerlo varias veces: la primera, entendiendo el sentido y la intención del texto; las siguientes, arrebatada por su hermosura y su poética pasión, ayudada por el diccionario. Hubiera dado cualquier cosa por poder acudir y escucharlo en boca de uno de mis actores preferidos. Pero cuando estaba ...

Quedarse o partir

Nunca he sido ecologista, o por lo menos no lo que se entiende por un ecologista al uso. Me encanta disfrutar de la Naturaleza, por supuesto sin dañarla; no me gusta ver los animales encerrados en zoológicos fuera de su hábitat por mucho que lo vistan de conservacionismo; no soporto encontrarme basura tirada en la montaña o en la playa y me entristecen los accidentes que ensucian nuestras costas y envenenan a los habitantes marinos. Pero no soy, ni he sido nunca ecologista. Hace muchos años, mucho antes de que se viniera hablando del cambio climático que es hoy una realidad quieran o no verlo los científicos y los políticos, en los albores del movimiento ecologista, yo, con mi eterno espíritu crítico, hice mi propio análisis de la cuestión y llegué a una conclusión que he mantenido siempre ante quien quisiera escucharme. Desde que comencé a escribir este blog venía pensando exponer mis ideas sobre este tema, pero no encontraba el momento de abordarlo. Ahora t...

Invasión Zombi

Llega el puente del 1 de noviembre. Todos los Santos, Difuntos, ¿Halloween? La polémica está servida. Para todos, menos para los padres que disfrazan entusiasmados a sus hijos y que enseñan sus fotos tan contentos de ver lo bien que se lo están pasando en el cole: para ellos es un día de fiesta.   Hace muchos años, en España, estas fechas eran tristísimas. Y sobrecogedoras. Pero con miedo de verdad, no con este de pacotilla que se esconde en los disfraces. Los niños pequeños (a poco que fuéramos un poco miedosos) nos asustábamos con pensar en algo tan lúgubre: la muerte, pero además concretada en nuestros antepasados, a los que se iba a visitar al cementerio, previa compra de flores, siempre las mismas (no sé si es que son propias de esta época o simplemente que por tradición se han utilizado para este fín): crisantemos, pálidos como sus destinatarios; y crestas de gallo, de un intenso rojo sangre y un tacto aterciopelado y mórbido. Y por si fuera poco, la ...

El álbum de cromos

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Cuando era pequeña, entre mi madre y mi abuela me enseñaron a hacer calceta, punto de media. Primero una estrecha y larga tira de lana roja, que se combaba por los bordes, toda del derecho. Luego la cosa se fue complicando: derecho y revés. Y menguando, aumentando, punto de arroz, ochos, y otras filigranas que venían explicadas en unos esquemas que traían las revistas de labores de la época y que yo seguía fielmente para "sacar" el punto de los jerseys más modernos. Hice montones: aún recuerdo uno en tonos teja, sin manga, de verano, con escote de pico por delante  y detrás que estrené en Cuenca; otro azul y blanco de cintas muy cortito...otro rosado que le tejí a mi cuñada, entonces una niña, y hasta un jersey de bebé que hice para una de mis sobrinas y no sé si se llegó a poner, porque salió enorme...pero el punto estaba perfecto, eh? Bueno; el caso es que me encantaba ponerme a hacer punto por la tarde, después de comer, mientras escuchaba la radio. L...

Madres nuestras que os mereceis los cielos

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Afortunadamente para los que la rodean, mi madre todavía vive. Una mujer fantástica, como tantas otras de generaciones pasadas pero que han dejado su sello en todas nosotras.   Este verano he tenido ocasión de reflexionar mucho sobre la manera en que estas mujeres manejan sus propias vidas y ayudan a los demás a vivir mejor. He podido ver cómo organizan sus casas, solucionan los problemas que surgen de improviso y atienden a toda su familia. Y siempre, con sus intereses personales en un segundo plano. Hace ya bastantes años, en la posguerra y hasta casi los años 60, las mujeres en nuestro país tenían como meta casarse. Eran muy pocas, y de unos ambientes minoritarios tanto económica como culturalmente, las que podían estudiar y labrarse una carrera dedicándose a una profesión liberal. El resto estudiaba lo básico, y cuando tenía edad suficiente trabajaba en lo que más a mano le venía para ayudar a la familia y para ir ahorrando algún...

Dolce far niente.

"Mamá, me aburro..."   Fatídica frase, que todas las madres hemos escuchado con horror un montón de veces en boca de nuestros hijos. Y enseguida nuestra cabeza se ha puesto a echar humo pensando qué podríamos sugerir a los retoños para que se entretuvieran un ratito más...porque no les valen normalmente recursos fáciles como "ponte a leer", "ponte la tele a ver si echan algo que esté bien", "ponte a dibujar algo bonito", o lo que de verdad querríamos decirles y sería mucho peor, "ponte a ordenar tus papeles y selecciona los mejores para tirar el resto".  Normalmente los críos, a no ser los muy bebés, enseguida encuentran algo que les vuelva a enganchar a la actividad. Pero ellos, y los adultos mucho más, deberíamos no huir de esa sensación de "¿Qué hago ahora que no encuentro nada que hacer?", sino aprovecharla al máximo. O sea, deberíamos aprender a encontrar placer en aburrirnos.   Para una persona tan activa como...

Estética playera

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Acabo de volver de una pequeña escapada, unos días en la playa con la familia para hacer un paréntesis entre el final del curso escolar y el comienzo   del largo verano, que este año promete venir cargado de cosas buenas: novedades, ilusiones, viajes… A estas alturas del año y de “mis años” no ando con la autoestima física para tirar cohetes. Nunca es que la tenga por las nubes, pero el momento de ponerse el bañador sobre la piel blanquecina del invierno siempre es demoledor. ¡Madre mía, cómo voy a tapar tanto efecto de la ley de la gravedad…! Por mucho que las anuncien como la panacea, aún no se ha inventado ninguna crema anticelulítica que dé los mismos resultados que una buena liposucción. O sea, que aunque me haya pasado dos meses dándome masajes en la tripa, ella sigue ahí, pertinaz y redonda como al principio. Por no   hablar del diámetro de mis muslos, a los que parece haber ido a parar toda la materia que antes rellenaba, tan mona,   todo lo que debería ser r...

Persiguiendo sueños

Ayer vi la última película de Elvira Lindo, "La vida inesperada". Es absolutamente MARAVILLOSA. El guión es fantástico; se mueve entre la ternura, la sonrisa y la melancolía. Está filmada con un inmenso cariño por NYC, se ve en cada fotograma. Pero lo mejor de todo es su mensaje. Personas que viven sus vidas y a veces no eligen la correcta, empeñados en perseguir sueños que al final no coinciden con lo que de verdad va a traerles la felicidad. Pero cómo saber cuál es el camino correcto...   Quizá me llegó tanto esta historia, además de porque me encanta Elvira Lindo y Nueva York, porque me estoy planteando en los últimos tiempos esta cuestión de los sueños, los logros y los objetivos vitales. Nos empeñamos muchas veces en conseguir metas que nunca llegan,  y en ese afán gastamos muchas horas de nuestra vida y mucha energía que tal vez enfocada a otro fin diera mejores resultados. Unas veces nos va llevando el destino, o mej...

Estar en el mundo.

La otra mañana, una amiga me hizo un comentario que me encantó y le prometí que haría una entrada en mi blog sobre él. Surgió a cuenta de unos preciosos pendientes que llevaba otra amiga, y que no le habíamos visto puestos antes. Una tercera comentó cómo era posible que yo siempre me fijara en las cosas nuevas que llevan cada una de ellas, y Merce dijo: "es que Ana está en el mundo". No se podía imaginar ella la alegría que me dio al confirmar que los demás me ven así, "en el mundo", precisamente porque para mí es importantísimo estarlo. Y aunque también le prometí que no hablaría mucho de mí misma en esta entrada, creo que voy a incumplir mi promesa. Al fin y al cabo, aunque este blog está dedicado a mis lectores y procuro dar a quien me escucha ese soplo de aire que ofrezco en su título, es fruto de mis propias vivencias, y hoy me apetece explicar qué supone para mí esta expresión que tan acertadamente profirió mi amiga. Siempre he sentido una inmensa curio...

Limpio mi casita....

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Después de tres meses de locura en los que mi casa ha sido una nube de polvo y un revoltijo de muebles, cajas y ropa, todo se va colocando en su sitio, pero no gracias a un chasqueo de dedos, sino a un trabajo ímprobo consistente en limpiar todo lo que normalmente no se limpia y a lo que aprovechando la ocasión  le "damos un vuelta": rodapiés, jambas y bisagras de las puertas, espacios ocultos de los radiadores, fondos de las sillas, patas de las mesas; en fin, rincones en los que no nos fijamos normalmente y que en una situación de caos como esta rebuscamos con el afán de que todo quede como recién sacado de la tienda, como recién puesto. Y todo ello, para instalarse por fin la mayoría de los casos en un lugar que antes no era el suyo, y que ahora me parece más adecuado, más vistoso, diferente, como si lo estrenara. Todas mis cosas, y en esto incluyo muebles, objetos, libros, menaje, han estado durante estos meses guardados en cajas de cartón, embalados...

El carrusell de Mary Poppins

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No soy una persona atrevida, ni me gustan las emociones fuertes. Quizá por eso no me ha hecho nunca mucha ilusión ir a los Parques de Atracciones. La única vez que me he montado en una montaña rusa fue por puro compromiso sentimental, y no creo que lo vuelva a hacer jamás. No me gusta pasar miedo; ni viendo películas, ni leyendo libros, ni experimentando sensaciones de vértigo. Soy una persona tranquila y las emociones fuertes prefiero sentirlas en la cabeza o el corazón que en el estómago. Así y todo, hace unos años fui con mi familia a Eurodisney. Los chicos eran pequeños y era el momento adecuado para que ellos disfrutaran con los muñecos y toda la parafernalia del parque. Aparte de que me defraudó bastante, (el castillo de la Bella Durmiente no era tan grande como yo había imaginado), no me interesaba nada subirme en los trastos mecánicos que daban bandazos y giros y te ponían boca abajo, todo ello sumido en la más profunda oscuridad, con la inevitable consecu...

La Buena Vida

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Siempre apetece en vacaciones hacer algo especial, que no sea lo de todos los días; algo que puede ser tan simple sin embargo como visitar una exposición. Estas Navidades hemos ido al Museo Sorolla, con la excusa de ver una muestra temporal de sus trabajos para la Hispanic Society de Nueva York, que incluía objetos que el artista fue recogiendo en sus viajes por España y que luego le sirvieron de modelo o inspiración para realizar las monumentales pinturas que constituyen la obra más importante del final de su vida, y un esfuerzo supremo que lo dejó agotado y con ganas de pintar cosas sencillas: retazos decorativos del jardín de su casa y retratos de amigos. (Nunca había estado dentro de ese palacete, aunque he pasado multitud de veces delante de él. Es el inconveniente de vivir en una gran ciudad: como está todo ahí, en medio, parece que no lo ves; forma parte de tu vida cotidiana. En cambio, cuando visitamos ciudades en vacaciones, de viaje, nos resulta un sac...