Persiguiendo sueños

Ayer vi la última película de Elvira Lindo, "La vida inesperada". Es absolutamente MARAVILLOSA. El guión es fantástico; se mueve entre la ternura, la sonrisa y la melancolía. Está filmada con un inmenso cariño por NYC, se ve en cada fotograma. Pero lo mejor de todo es su mensaje. Personas que viven sus vidas y a veces no eligen la correcta, empeñados en perseguir sueños que al final no coinciden con lo que de verdad va a traerles la felicidad. Pero cómo saber cuál es el camino correcto...
 
Quizá me llegó tanto esta historia, además de porque me encanta Elvira Lindo y Nueva York, porque me estoy planteando en los últimos tiempos esta cuestión de los sueños, los logros y los objetivos vitales. Nos empeñamos muchas veces en conseguir metas que nunca llegan,  y en ese afán gastamos muchas horas de nuestra vida y mucha energía que tal vez enfocada a otro fin diera mejores resultados. Unas veces nos va llevando el destino, o mejor dicho las elecciones que vamos haciendo a lo largo de los años sin que nos demos cuenta. Otras veces somos muy conscientes de lo que queremos, y lo perseguimos sin pensar que quizá estemos equivocados, y por eso nunca llegamos a conseguirlo.
 
¿Cuál es la prueba de que estamos en lo cierto al correr tras de aquello que siempre hemos buscado? Quizá la única sea el que al final lleguemos a obtenerlo: que nuestro sueño se convierta en realidad. Pero ¿cuánto tiempo hay que esperar para saber si debemos perseverar o cambiar de tren?
 
Cuando somos pequeños nos hacemos una idea de lo que va a ser nuestra vida. Sobre todo, como en el caso del protagonista de la película, de lo que no queremos que sea. Pero cuántas veces acaba resultando todo al revés. Yo siempre abominé del trabajo en una oficina, y llevo muchos años atada a una mesa de la que rebosan expedientes. Dejé un camino y tomé otro. ¿Era este el mío, y no el que yo anhelaba en mi adolescencia? No lo sé. Gracias a esa mesa tengo una familia maravillosa que es lo mejor que me ha podido pasar, aunque no fuera lo que yo había soñado. Pero siempre van surgiendo nuevas oportunidades a lo largo de los años, y nos volvemos a ilusionar con ellas, sin saber si estamos eligiendo bien. En ocasiones les damos la espalda, y las oportunidades se muestran ante nosotros perseverantes y tozudas. Es el momento de darse cuenta de que si tantas veces están al alcance de nuestra mano es para que las tomemos a tiempo antes de que no vuelvan. Y nos abren ventanas donde se habían cerrado puertas. Pero hay que saber verlas. A veces estamos ciegos, con los ojos puestos en ese sueño que nunca llega, y no somos capaces de comprender que nuestro camino es otro.
 
En la película se dice una frase que está cargada de sabiduría: "todo lo que tienes de tonto lo tienes de listo". Parece una perogrullada, pero es muy cierta. Muchas veces las personas que nos parecen más simples, más lejos del éxito, de la brillantez, son las que han sabido jugar mejor sus cartas, manejar mejor sus vidas, para conseguir ser felices, que es en el fondo lo que todos buscamos.  Y que a menudo no logramos porque nos empeñamos en un sueño equivocado.
 
Ojalá seamos siempre capaces de elegir el sueño correcto, y de poner todas nuestras fuerzas en juego para hacerlo realidad.

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