ESTÉTICA PLAYERA II
Al hilo de la última entrada, reviso la que hice en junio de 2014, ¡cuántos años hace ya! Y me permito haber cambiado de opinión. (como ya he comentado, los años no pasan en balde y nos hacen crecer y aprender con las experiencias vividas, las lecturas, lo que nos rodea). Que nadie crea que lo que voy a escribir aquí se debe a que ahora soy "más vieja" y me conviene. No, sinceramente pienso que estaba equivocada.
En aquel verano del 14, protestaba porque había mujeres en la playa que lucían sus cuerpos con gusto, fueran como fueran. No me apetecía (salvo por salir ganando en la comparación) ver físicos un tanto ajados o que no siguieran los cánones estéticos impuestos por no sabemos quién.
Ahora creo que ellas eran las que estaban acertadas, y no yo. Ellas se querían y respetaban, y yo no. Por eso a ellas no les importaba nada que el mundo las viera tal como son, porque no tenían nada que esconder. Estaban orgullosas de todo lo que componía su "cobertura exterior". ¡Qué suerte! Han conseguido lo que yo proponía en mi anterior entrada: amar ese cuerpo que las acompaña.
En cambio...aquí sigo yo, pontificando sin aplicarme mis reflexiones. Pensando en que este verano me tendré que poner el bañador...e intentaré por todos los medios "compensar" una figura nada atractiva según los cánones de nuestro tiempo con la mayor cantidad de complementos estilosos y bien conjuntados posible, para que quien me vea se fije en lo mona que voy y no en mis varices y mi celulitis.
Admiro a las mujeres que han aprendido que cualquier cuerpo es bello y lo lucen sin pudor. Y ahora las respeto, y la próxima vez que vaya al mar de vacaciones contemplaré el panorama que se me ofrezca sin críticas ni desprecio. Ojalá yo consiga, aunque sea poco a poco y con esfuerzo, quererme tanto como para que no me importe lo que piensen los demás.
Creo que solo con lo que has escrito en esta entrada ya has conseguido empezar a quererte y que no te importe tanto lo que piensen los demás. Enhorabuena!
ResponderEliminarEn eso somos almas gemelas, toda nuestra vida convencidas de que ocultarnos era lo más conveniente. Siempre pendientes de lo que dirán los demás y dejando aparcada nuestra identidad y nuestro orgullo. No sé si a estas alturas tiene remedio la cosa ....
ResponderEliminarPues sinceramente, no lo sé. Yo por más que intento autoconvencerme no lo consigo. Me estaba acordando ahora de una tía mía queridísima que en plenos años setenta, y teniendo ella más o menos nuestra edad, y muchísimo más estómago, se ponía en bikini en la playa sin ningún pudor. Yo la miraba y no me podía creer que estuviera ahí tan pancha repantingada en la hamaca. Pero ella era tremendamente feliz. Ella se quería a sí misma, y los demás la adorábamos. Ejemplo de mujer!
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