Ser y estar.
Ha pasado por mi vida un maravilloso verano en el que he podido disfrutar de nuevo de la alegría de estar con mi gente, de hacer cosas nada prácticas pero muy gratificantes, de dejar pasar el tiempo y dedicarme ratos exclusivos. Y todo este tiempo tenía una tarea pendiente: despedirme de este blog.
La última vez que escribí aquí, hace meses, decidí no volver a hacerlo. Cerrar esta página y quizá abrir otra; crear otro escenario, otra palestra donde poder seguir expresándome a mis anchas. Pero no encontraba ni el momento ni el modo.
Pedí consejo para refundar este espacio pero me dijeron que los blogs ya no están de moda, que nadie los mira, y lo que ahora se lleva, YouTube, no es un lugar adecuado para estas charlas tan particulares. ¿Charlas? En realidad monólogos, me decía yo, puesto que ya nadie me lee, ni siquiera mis incondicionales. Se han aburrido, no les interesa lo que cuento. En definitiva, lo dejo.
Y así estaba, esperando el momento de decir adiós, cuando de repente encuentro en el móvil tres avisos de mensajes en mi cuenta. Y con enorme alegría veo que son tres comentarios en mi ruinoso y viejo espacio. De dos amigas. Y por ellas vengo otra vez y comienzo a escribir. Porque me animan a seguir. Porque me siento escuchada. Porque me dan respuesta. Porque no se merecen que las abandone. Porque son y están.
Pero ellas dos me van a perdonar, porque este espacio de hoy quiero dedicárselo a otra amiga, que también me es fiel aunque no ponga comentarios, que una vez me dijo que leer lo que escribo aquí le da paz, y que está pasando por momentos muy difíciles. No sé si leerá esto ahora o si quizá no lo hará en mucho tiempo; da igual, cuando lo haga quiero que sepa que igual que ella es y está, yo también seré y estaré siempre a su lado. Y que aunque a veces esté a punto de rendirse, de tirar la toalla por la desesperación, habrá un aliento, el mío, que le dirá sigue, continúa, todo es posible, no pierdas la esperanza. Lucha, lucha por lo que quieres. No pienses en el resultado, piensa en lo que estás caminando, construyendo. Piensa en que hoy ha comenzado un día más. Vívelo hoy, no esperes a lo que llegará mañana. Te han concedido la Gracia de estar hoy aquí. Se fuerte y agárrate a cada amanecer. Cada día que salga el sol será un día ganado a la tristeza, a la desesperanza. Cada día que salga el sol será un regalo. Cada día que salga el sol yo estaré pensando en vosotros y deseando con todas mis fuerzas que podamos ver juntos muchos, muchos, muchos amaneceres más.
Y quizá, hacer juntos ese viaje por Canadá.
Me has emocionado. Gracias amiga, muchísimas gracias. Es un honor que nos hayas dedicado tu entrada en el blog. Y me da pena que lo dejes. Yo reconozco que he sido una cobarde, porque he leído todas tus entradas que como te he dicho me transmiten una sensación muy gratificante de serenidad, tan necesaria hoy día y no te he correspondido. Y ahora me siento un poco culpable de que pensaras que a nadie le interesaba tu blog. Estoy segura de que la gente que te lee se engancha, ya te dije una vez que esa forma de escribir, y lo que cuentas crea adicción en los lectores.
ResponderEliminarDe nuevo gracias, muchas gracias por tu apoyo. Tengo el convencimiento de que esta lucha la vamos a ganar y la ganaremos todos juntos, porque nuestro triunfo también es vuestro.
Te quiero
Gracias siempre a ti, que desde que nos conocemos no me has defraudado nunca y me has demostrado que de verdad te importa nuestra amistad.
EliminarSeguiré adelante con el blog, porque aunque sea poca, la gente que lo lee se merece lo mejor de mí, que es lo que intento poner en él.
De nuevo, gracias, y todo mi cariño.
No, querida amiga, que no te comente no quiere decir que no te lea con el mayor de los placeres. Lo cierto es que desde primeros de año lo de salir de casa a las 7:30 y volver a las 19:00 me obligaba a consultar el correo electrónico y los blogs en el móvil, con el cual me sentía incapaz de escribir, sobre todo esperando al metro, al autobús o en la hora del desayuno.
ResponderEliminarSiempre me ha resultado un placer leerte porque desde que nos conocemos, compartimos la misma sensibilidad sobre muchos temas, acentuada ahora cuando ya empezamos a pertenecer a "otra generación", generación que será la "olvidada", justo la última antes de la revolución tecnológica.
No sé si los blogs están de moda o no, yo, sinceramente no te seguiría en twiter ni en facebook, no es mi estilo, no sé escribir en 120 caracteres ni me agrada darle a la famosa tecla de "me gusta", me parece pura robótica alienante.
Así que sentiría mucho que dejaras de escribir, porque, sinceramente, creo que lo haces muy bien, pones voz a lo que pienso (maravilloso el comentario que hiciste sobre la envidia y el pudor de expresar lo propio) y porque, en estos tiempos en los que no tenemos tiempo, valga la redundancia, de hablar frecuentemente o quedar más a menudo, este blog ha sido una forma de estar un poco más cerca.
No hay lugar más cercano a uno mismo que el propio corazón. Ahí es donde te llevo, estemos donde estemos ambas desde hace todo el tiempo del mundo. Gracias por ir conmigo siempre.
Eliminar