Los funcionarios geniales
Soy funcionaria de un gran Ayuntamiento español. Decir esto hoy en día tiene muchas connotaciones negativas para los demás y para nosotros mismos. Para los demás, porque nos ven como unos privilegiados que en épocas de vacas flacas seguimos teniendo horarios y sueldos de otros tiempos (a pesar de los inmensos bocados que nos están pegando). Para nosotros, a causa de esos mismos bocados que trastocan nuestra arcádica monotonía laboral y hacen tambalearse las patas del enorme mastodonte que es la Administración. Lo soy, y nunca quise haberlo sido. Desde muy pequeña me horrorizaba el trabajo de oficina: me parecía gris y vulgar. En un principio mi intención era ser "escritora y periodista", y así se lo recitaba cursi a quien me preguntaba qué iba a ser de mayor. No sé si se lo creían...yo sí. Cuando llegó el momento de elegir, mi camino se truncó. No estudié periodismo, sino Historia Contemporánea. Me hubiera encantado dedicarme a la investigación, ser un ratón de bi...