miércoles, 26 de febrero de 2025

LO AUTÉNTICO II

Retomo hoy la idea de actualizar las opiniones que hace tiempo fui desgranando en este modesto blog, que ya inicié hace días con un par de comentarios a entradas antiguas.

Y es que, efectivamente, "el paso del tiempo, la experiencia y los acontecimientos vividos pueden haber cambiado un poco (o un mucho...)" mi forma de pensar sobre las cuestiones que fueron surgiendo a lo largo de aquellos siete años. Siete años en los que escribir en esta recoleta y poco difundida página me ayudó a expresar todo lo que sentía y a crecer como persona. Luego, acontecimientos laborales y personales me tuvieron apartada del teclado; pero ahora, con algo más de tiempo e idéntica necesidad de encontrar un hueco donde ser yo misma, me lanzo de nuevo al "aire" para opinar de lo humano y lo divino. 

Hoy, casualidades de la vida, pretendo hacer un inciso sobre el comentario que publiqué hace poco en la antigua entrada de LO AUTÉNTICO. ¡Y es que a veces la actualidad nos sigue! Escucho en la radio que, en consonancia con el Código Deontológico del Consejo Internacional de Museos (ICOM), los museos españoles van a retirar  de sus salas los restos humanos, ya que "no son simples bienes culturales, sino restos de una persona fallecida que deben ser tratados con dignidad y respeto, además de tener en cuenta las creencias de las comunidades de origen a la que pertenecen". Sólo se mantendrán si son imprescindibles para impartir las enseñanzas que se reciban  de su exposición, y no se puedan sustituir por otras piezas similares.   

Como veis, parece que nuestro ínclito ministro de Cultura ha leído mi último comentario sobre la pobre momia de Tutankamon, que yace sin protección alguna en su profanada tumba, rodeada de personas a las que lo único que interesa es sacarse un selfie con el Faraón...de momento, la momia guanche del Museo Arqueológico Nacional ha dejado de ser objeto de exhibición. 

La polémica está servida. Porque efectivamente, parece sacrílego tener un cadáver a la vista de todo aquel que quiera acercarse a cualquier museo, y no darle sepultura, "cristiana", musulmana o la que toque por su cultura o creencias para que el pobre individuo descanse en paz. (Que, por otro lado, tampoco las momias son muy agradables de contemplar...) Pero, ¿qué hacemos con el Museo de la Evolución Humana, que nos muestra los hallazgos de Atapuerca? Porque aquellos seres eran ya humanos, y los mismos derechos éticos tendrían que otros posteriores y mejor (o más íntegramente) conservados. Pero entonces, ¿dónde queda el afán didáctico de representar la Historia directamente desde sus fuentes? He aquí la cuestión. ¿Son más dignos de respeto los restos de personas más cercanas a nuestros días que los de aquellos que nos precedieron hace millones de años...?

Aquí dejo la pregunta. Reflexionad y opinad, si os apetece!

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