La Buena Vida
Siempre apetece en vacaciones hacer algo especial, que no sea lo de todos los días; algo que puede ser tan simple sin embargo como visitar una exposición. Estas Navidades hemos ido al Museo Sorolla, con la excusa de ver una muestra temporal de sus trabajos para la Hispanic Society de Nueva York, que incluía objetos que el artista fue recogiendo en sus viajes por España y que luego le sirvieron de modelo o inspiración para realizar las monumentales pinturas que constituyen la obra más importante del final de su vida, y un esfuerzo supremo que lo dejó agotado y con ganas de pintar cosas sencillas: retazos decorativos del jardín de su casa y retratos de amigos. (Nunca había estado dentro de ese palacete, aunque he pasado multitud de veces delante de él. Es el inconveniente de vivir en una gran ciudad: como está todo ahí, en medio, parece que no lo ves; forma parte de tu vida cotidiana. En cambio, cuando visitamos ciudades en vacaciones, de viaje, nos resulta un sac...