"Hasta el cuarenta de mayo..."
Estamos a cuarenta de mayo. Durante ese mes no he podido escribir nada nuevo; circunstancias contrariadas que requerían toda mi atención y mis energías me han ido absorbiendo y no he tenido un momento tranquilo para sentarme delante del ordenador. Pero, como licencia, consideraré que esta entrada pertenece al mes de las flores, ya que como digo hoy es cuarenta de mayo. Pero seguimos sin quitarnos el sayo... Este invierno ha sido para mí uno de los más fríos que recuerdo. Probablemente no haya sido así; seguramente las temperaturas han estado dentro de la normalidad. Pero yo he pasado frío y tristeza de cielos grises. Frío en el trabajo, arropada por chaquetas gordas de punto que nunca creí que me pondría para ir a la oficina, envuelta en chales de lana que igual sirven para proteger el cuello que para echarse por los hombros con un ademán de abuela, dando una imagen a los ciudadanos de oficina de posguerra, de carencia, de cutrez. Y cielos grises, pesados y tristes que no nos ...