Entradas

Mostrando entradas de 2012

El espíritu de la Navidad

En el colegio, todos los años, unas semanas antes de que llegaran estas fechas, se nos ponía a los chavales el mismo ejercicio, ya fuera para clase de Religión o de Lengua: una redacción sobre el "auténtico sentido de la Navidad". Todos intentábamos ser muy originales, no hablar para nada de los regalos de Reyes (entonces Papá Noel no tenía a España en su ruta), de los polvorones, de las luces de colores y de los villancicos. Nos poníamos muy serios y devotos y centrábamos nuestros trabajos en la venida de Jesús y su mensaje de Paz y Amor. Luego, a cada uno le salía como podía: unos más acertados y otros insoportablemente ñoños y cursis.   Con el paso del tiempo y de las circunstancias personales, mi redacción sobre la Navidad ha ido transformándose, pero no por eso ha perdido profundidad ni ha restado importancia al asunto; al contrario, creo que al final he podido encontrar la clave oculta que los compañeros de clase intentábamos descubrir.   ...

"Elogia, que algo queda..."

Una boda. Cuando termina la cena, todas las chicas salimos escopetadas al baño, aunque sólo sea para estirar un poco las piernas, que se han quedado entumecidas después de casi dos horas de estar esperando el próximo plato. Y también a repasar el carmín... En los lavabos somos multitud. Allí encuentro a gente de la familia, a mujeres que me suenan  de vista y a perfectas desconocidas. (¿Eres del novio o de la novia...?) Una de las últimas me ha llamado la atención ya en la ceremonia. Va preciosa: un vestido negro años cincuenta, moño estilo Audrey Hepburn, collar y pendientes de perlas que aunque siempre quedan serios no pueden ocultar lo jovencísima que es. Ahora que estoy frente a ella me fijo en otros detalles: pequeñas flores amarillas que adornan su pulsera y sus zapatos, a juego con un bolsito de fiesta estilo bombonera totalmente amarillo canario. (Qué mezcla tan atrevida, y tan alegre...) Una amiga la está admirando y le echa piropos, quizá esperando un elogio ...

"lo bien hecho..."

"Lo bien hecho, bien parece". Ese era uno de los muchísimos dichos que mi abuela, mi madre y otras mujeres que me rodearon en la infancia relataban de vez en cuando, si la ocasión lo requería o lo propiciaba, y que a fuerza de oirlos han pasado a formar parte de mi memoria inconsciente, de manera que yo también los utilizo, algunos habitualmente y otros rarísima vez. (Siempre hay alguno que mis hijos nunca habían escuchado antes de mi boca, ni de otra, y cuando me lo advierten yo me sorprendo mucho, ya que para mí es tan familiar como los demás; quizá no había surgido antes la ocasión). Me encanta apostillar cualquier hecho o conversación con estos ripios que me vienen de tan lejos y que me traen un olor añejo y casero a tradiciones antiguas de hogar. Me hace cierta gracia escucharme diciendo cosas que podría haber dicho mi abuela; de algún modo me acerca a ella a través del tiempo y el espacio. El que quiero rescatar hoy se pued...

Lo auténtico

Imagen
Hace muchos años, caminaba un día cuesta arriba hacia la Laguna Negra. Acababa de dejar Covarrubias, era verano y llevaba puesto un vestidito de flores, un jersey de algodón y unas merceditas marrones, bastante machacadas porque me resultaban comódísimas para caminar y no me había calzado otra cosa desde que las compré a principio de temporada. La mañana estaba tranquila y fresca. Los pinos altísimos parecían las columnas de una inmensa antesala, se oía cantar a los pájaros y el aire era limpio y quieto. Caminando por el sendero, parecía comulgar con una religión antiquísima y solemne, participar del misterio de un rito sagrado: la vida del bosque, que me acogía silencioso y secreto. Y de repente... De repente, una horda de excursionistas nos alcanzan a mi marido y a mí, perturbando la magia del momento, embutidos en sus chándales de colores y sus deportivas de última generación, corriendo más que andando por la empinada cuesta, a ver quién llega antes, sin detener...

La caja de los hilos

Al término de un día difícil en el que la tristeza me ha estado asaltando en oleadas, subiendo a mi garganta desde algún sitio profundo que desconozco, oigo un ruidito metálico: un botón de mi chaqueta ha caído al suelo. Vaya; otro contratiempo más. Ahora tendré que ponerme a coser, qué pereza... Pero venzo la pereza de la mejor manera que sé: poniéndome manos a la obra. Así que saco el costurero ("la caja de los hilos", nombre atávico y familiar de cuando todo el material necesario para la costura se guardaba en una lata de Cola-Cao verde con dibujos chinescos en blanco) y me dispongo a la tarea de enhebrar una aguja, harto difícil para mis pobres ojos que a estas alturas no ven bien de lejos ni de cerca. (Sin gafas, recuerdo por un momento a mi madre, con tan poca vista la pobre que como mejor ve es con sus ojos desnudos). Buscando el color adecuado reparo en que sólo tengo una hebra que me sirva; está primorosamente enrolladita en un cartón que ella misma...

BIENVENIDOS!

  Hola a todos. Este es mi blog, Un Aire de Vida.   Aire para respirar libres, con los pulmones llenos de todo lo bueno que nos trae la brisa del mar, el olor de tierra mojada tras una tormenta, el frío del invierno que despeja la mente, el suave mecerse de los visillos en las siestas de verano, la bocanada fresca que entra por la ventana cuando ventilamos una estancia largo tiempo cerrada. El aire que impulsa las velas de un barco, que insufla vida a la cometa y la hace surcar el cielo. Y Vida; la vida pequeña que todos vivimos cada día sin darnos apenas cuenta, la que pasa por nuestro lado de puntillas y apenas la vemos si no miramos bien. La de los acontecimientos cotidianos y menudos que llenan nuestro mundo y nos hacen movernos, reaccionar, alegrarnos, llorar, enfadarnos, confundirnos, caer en falta y pedir perdón. La vida de verdad: la que late en nuestras venas y las de los que nos rodean y acompañan en ella.    Aire y Vida que quiero ...