Invasión Zombi
Llega el puente del 1 de noviembre. Todos los Santos, Difuntos, ¿Halloween? La polémica está servida. Para todos, menos para los padres que disfrazan entusiasmados a sus hijos y que enseñan sus fotos tan contentos de ver lo bien que se lo están pasando en el cole: para ellos es un día de fiesta. Hace muchos años, en España, estas fechas eran tristísimas. Y sobrecogedoras. Pero con miedo de verdad, no con este de pacotilla que se esconde en los disfraces. Los niños pequeños (a poco que fuéramos un poco miedosos) nos asustábamos con pensar en algo tan lúgubre: la muerte, pero además concretada en nuestros antepasados, a los que se iba a visitar al cementerio, previa compra de flores, siempre las mismas (no sé si es que son propias de esta época o simplemente que por tradición se han utilizado para este fín): crisantemos, pálidos como sus destinatarios; y crestas de gallo, de un intenso rojo sangre y un tacto aterciopelado y mórbido. Y por si fuera poco, la ...