Dios iba de blanco (y no hablo de fútbol)
Otra vez Navidades. Parece mentira, pero ya hace más de un año que llevo escribiendo en este blog. Procuro hacerlo todos los meses, más que nada por no defraudar a los pocos seguidores que sé que estarán esperando una entrada nueva. Y también porque aquí puedo hacer los comentarios que normalmente haría en la cena con mi familia cuando hay algo que me preocupa o me llama la atención, pero de modo más pausado y reflexivo. El caso es que un año más estamos pensando en la carta de los Reyes, esa que cuesta tanto escribir cuando se hace en nombre de los demás y hay que adivinar sus deseos; preparando la cena de Nochebuena, la que se cocina con más ilusión y ganas porque es la primera (luego ya va estando uno cansado de tanto cacharreo); sacando los discos de villancicos del maletero, y sobre todo esa cinta de casette en la que están todos las canciones de nuestra infancia con "monstruos" como Rafael antes de que le convirtieran en zombi en el anuncio de la lotería, Man...